CARTA DE MELANCOLÍA
Jueves, 5 de octubre del año de 1609
Año de sombras y amarguras. Mañana, al amanecer, parto
con mi familia a Marruecos, como miles de hermanos de mi pueblo y cultura.
«En septiembre del año de 1609. Por Decreto Real, deben
abandonar España los moriscos».
Los fardos con nuestros enseres personales ya están
preparados, nuestras ropas y objetos personales…: las sayas, los jubones, las
albarcas, la llave… la llave de la casa… Ay, qué difícil será poder volver…
«Las gentes deberán dejar sus pertenencias y llevarse
solo sus efectos personales…».
Aquí se quedará nuestra casa, nuestra huerta y la
acémila; sus alforjas con rumor de los zocos y plazas donde vendíamos las
tersas cosechas de la tierra… aquí todo cuanto alberga nuestras luchas y
sueños… Aquí tanto… entre alcazabas, alfarerías, acequias, la brisa perfumada
de azahar y albahaca, el aroma que taladrará por los siglos la memoria y la luz
nebulosa del horizonte de España… Aquí nuestro pasado, nuestra herencia,
nuestra vida y tantos compadres y vecinos. Qué será de todo…
«Las salidas deberán hacerse de forma rápida».
Qué será de nosotros, si esta es nuestra patria, si aquí
nacimos y aquí están enterrados nuestros antepasados; esta tierra que es
también la nuestra, en la que, a pesar de la falta de libertades y los mismos
derechos que el resto de vecinos de España, los cristianos, también nos hemos
entendido y transmitido sabiduría, ciencia, lengua, música, cuentos, recetas,
afectos… Ah, qué duras las conquistas y qué grande la unidad… Aquí tanto,
clavado como un dardo en el pecho perplejo de España y en mi ánimo hundido… Mañana
partimos después de novecientos años…
«Decreto emitido por nuestro señor el rey Felipe III, en
la villa de Madrid, lugar de la corte de España».
Tengo que dormir, no llorar aunque la pena me ahogue…
Isabel Villalta Villalta
Licenciada en Filología Hispánica
Imparte ponencias y participa en recitales
MEMBRILLA (Ciudad Real)
(XI Antología)
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