LITTERA,
LITERATURA NUESTRA
La
palabra hecha hermosura surge de recodos sinuosos en el origen de la humanidad.
Littera,
litteratura nostra, alimentada por la belleza material e imaginaria de Occidente
y Oriente, superó el muro idiomático para surgir mestiza. Florecen en ella personajes
hechos palabra nuestra de cada día. Así como anida en el corazón sencillo del
campesino surgiendo el cuento narrado de su historia de vida, también se alza
en la voz de Patronio desde el castillo de Peñafiel.
Littera,
literatura latina y nuestra, sigue y se aferra al corazón del navegante de
sublimes sueños, surca los mares desconocidos y juntos superan la bravura
oceánica.
Tras
inconmensurables sacrificios, finalmente los ojos del navegante se llenan con
el verdor de la costa nueva. La exótica suntuosidad de su selva virgen, el
ensordecedor trinar de cientos de aves coloridas que alzan vuelo ante el
estruendo de sus pasos y el dulce sabor de la fruta desconocida saturan sus
sentidos. Al regresar, lleva consigo la imagen de la que se alimentará la
literatura para seguir su fértil camino mestizo superándose a sí misma, desde
el placer estético cada vez más profundo, delicado, siempre perfectible.
El
puente de Occidente al maravilloso mundo de fructífera abundancia se ha
tendido. Vienen consigo belleza y dulzura, pero también fuego y barbarie. Pero
ella, literatura latina, mestiza y ahora aún más nuestra, no se debilita ante
el horror y la muerte, crece y se fortalece ante el crisol de fuego surgido del
corazón de la tierra, y se extiende.
Hoy,
el conde Lucanor, don Quijote, Antoñito el Camborio, Asterión, Pedro Páramo, el
coronel Aureliano Buendía, entre otros, son reales, inmortales y nuestros en
ambos mundos unidos en la palabra. Han sorteado todas las fronteras, son
libres.
Patricia Alvillar Sánchez
MARACAIBO (Venezuela)
Licenciada en Idiomas Modernos
Promotora de lectura
(XIV Antología)
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