«RE-VIVENCIAS»: ENSEÑAR

 

         ENSEÑAR
 
La enseñanza es la actividad más noble
que el hombre puede ejercer.
 
Abrir la mente de los niños, de los necesitados,
es ayudarles a adquirir conciencia de sí mismos.
 
Siempre haya algo que aprender y, consecuentemente,
algo que enseñar.
 
El que sabe tiene la responsabilidad de participar
su conocimiento a los demás.
 
Enseñar, a veces, resulta pesado, molesto, difícil.
Por ello muchas veces excusamos fácilmente nuestra pereza.
 
No enseñar al que no sabe es como negar
las posibilidades del desarrollo a un ser.
 
Para enseñar hace falta amar a los demás.
No se puede enseñar sin amor.
 
Enseñar es interesar a los demás en el conocimiento
de algo que les va a elevar.
 
Enseñar a amar al prójimo a respetar sus derechos y
opiniones es una de las tareas más importantes
para conseguir la paz entre los hombres.
 
Enseñar a amar lo que es auténtico y permanente,
por encima de lo que es superficial y pasajero,
es la base de una sociedad estable.
 
La buena fe es la primera condición indispensable
del que enseña. El amor, su complemento maravilloso.
 
La verdad es el metro riguroso y único
por el que se mide el valor.
 
Enseñar es volcar todo lo que uno sabe
en un acto generoso de amor.
 
 
(Fernando Orlando, Tomo I, 1967)