ARRABAL DE TRIANA-SAN MARCOS DE LIMA
El barrio de El Arenal es un hervidero
humano
de razas, culturas y lenguas, de
comercio y de pactos.
El muelle de las Indias preparando está
su flota:
hay una Sevilla en tierra y otra que
sobre el río brota.
Se cargan bizcochos, estraperlos, finas telas
y vino,
mientras los pícaros y maleantes, reyes
del Baratillo,
en la puerta y puerto del mundo, ladinos
hallan su reino.
El maestro Lope de Vega se pasea en tan
singular proscenio,
buscando la inspiración que alimente en
prosa o verso
la singular y sutil gracia del fénix de
los ingenios.
Y cautivado por tanto jaleo, en la
Triana del arrabal,
un niño se imagina cruzando el mar en un
barco lleno de libros
que navegue rumbo hacia las Indias,
destino: San Marcos de Lima.
Tanto escuchó contar de la universidad
del Nuevo Mundo,
que necesita verla en persona: utopía en
estado puro.
La noche antes de zarpar, el niño del
arrabal se ha escondido en la nave,
que tiene previsto llevar libros a la
más decana de las universidades.
Y como estos navíos en el mar, el niño
va en conserva, entre cajas y sacos,
y rezando para que, en la próxima
revisión, no lo vean los funcionarios.
Temprano el barco cobra vida; empieza la
aventura americana.
Y como celebrando su hazaña, alegres
repican las campanas de Santa Ana,
y le llevan con cada soplo de viento de
marzo, cada vez más lejos, más lejos,
de su única frontera hasta entonces
conocida.
Y atrás queda el puente de Barcas, que
lo separaba de Sevilla,
y le dice adiós a la Triana en la que
soñó las Indias.
Triana (Sevilla)
(XV Antología)
No hay comentarios:
Publicar un comentario