«… En este año del señor de 1620 combino mi misión en la tierra con mi
oficio. Guío la recua de mulas hacia las seis estancias de la Compañía y en el
único carro que sin conductor y con cuatro caballos vuelven los pagos y
tributos, tallo cada atardecer el lema universitario: “Ut portet nomen meum”»
(pág. 164, Edgardo E. J., «Para que lleven mi nombre»).
No hay comentarios:
Publicar un comentario