«RE-VIVENCIAS»: APRECIO

 

                APRECIO

 

Aprecio es el acto reflexivo del que estima el valor de algo o de alguien.
 
Apreciar es, por lo tanto, valorar en sentido positivo,
desde el fondo de nuestro corazón.
 
No apreciar es muy frecuente.
Nos acostumbramos a la bondad, a la felicidad, al bienestar,
a la paz, al cariño, al amor.
 
Apreciar es tener los ojos del corazón abiertos para amar.
 
No apreciar es hacernos avaros y mezquinos
y no saber disfrutar de los bienes que graciosamente recibimos.
 
Nos quejamos siempre. De todo y de todos.
Y cerramos la válvula de la comprensión,
y el buen entendimiento hacia los que más nos debemos.
 
Apreciar es saber ver y valorar las cosas, los sentimientos y las personas,
en su justa medida y por su lado bueno.
 
Todos tenemos fallos.
¿Y dónde está el perdón?
 
Los fallos no significan, sino las nubes que temporalmente tapan la luz del sol.
 
El aprecio tiene que estar por encima de los fallos.
 
Hay valores objetivos en las personas, que constituyen la base de nuestro aprecio.
 
La lealtad, la bondad, la sinceridad, el afecto, la simpatía,
la generosidad, la honradez, la inocencia.
 
Basta una de estas cualidades para que tengamos aprecio hacia una persona.
 
Tener aprecio por una persona es demostrar nuestra humildad
y nuestro deseo de agradar.
 
Apreciar lo que tenemos, para empezar a ser felices juntos.

 

 
(Fernando Orlando, Tomo IV, 1972)