«Su amor a Cristo y al conocimiento
humano, / teología y filosofía lo hizo estudiar; / así abrió su mente y creció
velozmente. / Sorbona y Salamanca / fueron su escuela y tribuna / donde dictaba
lecciones, / que sus alumnos con gusto transcribían…» (pág. 56, Jorge F.
Vidovic, «Ave, Francisco de Vitoria»).
No hay comentarios:
Publicar un comentario