«RE-VIVENCIAS»: BELLEZA

La afición de Fernando Orlando por la literatura viene desde su adolescencia donde fue redactor jefe de una revista escolar. Dicho amor por las letras tuvo continuidad muchos años más tarde en forma de diversas colaboraciones en prensa desde el año 1954 y más concretamente desde 1960 hasta 1977 en una columna semanal publicada en El Diario Vasco, primero con el título de «Pinceladas» y luego «Vivencias». En ella, a través de reflexiones diversas, desarrollaba temas relacionados con una gran variedad de ámbitos.

Otro año más, y ya van cuatro, nos proponemos continuar todas las semanas con la labor de rescatar esa columna semanal de textos que no solo siguen siendo de permanente actualidad, sino que también se tornan necesarios en tiempos donde el razonamiento, la introspección y la calma son más que nunca imprescindibles.

 

            BELLEZA

 

Belleza es la materialización de la perfección de la forma.
 
De una perfección terrena, humana, limitada,
trasunto de la belleza por antonomasia.
 
¡Belleza!, nombre mágico que abarca las formas más dispares.
¡Belleza!, ¡nadie resiste a tu encanto!
 
Hoy el concepto de belleza está en crisis,
en una crisis profunda y radical.
 
Nos distanciamos de la belleza estática
y nos acercamos al concepto de belleza dinámica.
 
Belleza que ha de reflejar la evolución,
la transformación, la revolución, la vida.
 
Hoy gustamos de la belleza
y buscamos una participación en ella.
 
Y se desestima la belleza de puro contenido estético.
 
Y se busca la belleza en la vida, tal cual es,
tratando de buscar una actitud crítica y mental
poderosamente creadora
que refleje pensamientos nuevos,
pensamientos poéticos, pensamientos revolucionarios
que cambien la faz del mundo,
implantando en todos los corazones la fraternidad o la igualdad.
 
El peligro que corremos con este concepto de belleza
incisiva, operante, dinámica y pragmática
es el de convertirla en vasalla de la política.
 
Ni la belleza puede desconectarse de la realidad
ni debe supeditarse a la política.
 
La belleza está en la naturaleza,
en las personas, en las cosas, en la vida toda.
 
Cuando se dan la belleza física y moral,
inevitablemente, nace el amor.
 

(Fernando Orlando, Tomo II, 1961)