BREVÍSIMO
PROTÉPTICO FENOMENOLÓGICO ISIDORIANO
Nolo
Ruiz
Universidad de Sevilla
(XVII Antología)
Abismarse, anonadarse y sumirse, asombro inmenso,
en el hallazgo inesperado y feraz descubrimiento de la obra y pensamiento de
Isidoro de Sevilla —en Hispania seña y santo— de sus textos, de estudiarlos, de
escribirlos y describirlos, gracias al diálogo frecuente que, desde no mucho
ha, mi tarea me lleva a entablar con un filósofo hispalense, hoy aún
desconocido siendo en cambio tan cercano, medieval.
Con osada brevedad exhortar a
esto quisiera. Mas no de forma cualquiera. Fenomenológicamente sea, que esta
invitación a la filosofía isidoriana se basa en una vivencia. No en una de las
muchas que regala la ciudad del cielo azul convento, que el sacro nombre de
Isidoro en cada esquina musita, sino la de conocer en primera persona su
trabajo, figura y vida. ¡Hágase la epojé! Y
por esencia queda la vivencia misma.
Ergo a experimentarla el deber
me dicta a persuadir. Instigar a navegar la magna veintena de libros
etimológicos con maestría por Braulio ordenados, la trinidad bibliográfica de
sentencias, el par de tomos de diferencias, la Historia de
los godos y el Laus Hispaniae que la encabeza, el manual a Sisebuto
dedicado acerca de la natura, por el rey agradecido con el Carmen de Luna,
los apócrifos por siglos a él atribuidos o sus poemas, como el que dice: «Quien sepa luchar con la pluma
contra la piel muerta / aquí venga si gusta de pelear en sus guerras».
Qué sublime, qué belleza. Del norte seas o del sur;
verde, morado, rojo, azul; de los que creen, de los que no; de corchea o de
ecuación. A las letras isidorianas te conmino, a indagarlas, a entenderlas, a
criticarlas, por supuesto, y a confrontarlas, a rebatirlas también. A citarse
con él aconsejo en el manantial de sus escritos, dando además cumplimiento,
hijos de Hesperia, al socrático mandamiento del «conócete a ti mismo».
Universidad de Sevilla
(XVII Antología)
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