España no es más que lo que veo reflejado en tus iris. Tú
que tanto has vivido. A
ti, que hoy te lo han arrebatado todo.
Con los bolsillos llenos de sal marina corrías de niño
hasta detener el tiempo. Tu viejo asno no era Rocinante, y en vez de molinos
luchabas contra el frío y el hambre. Esos sí que eran gigantes.
La posguerra no fue fácil para los soñadores, pero
convertiste la literatura en un salvoconducto hacia la felicidad. La libertad
se escondía entre resina y campos de trigo, y solo encontrabas la paz cuando
caía el ocaso. Y en una vieja libreta escribías a lápiz poemas, muchos de ellos
ya olvidados.
Cumplidos los veinte la conociste a ella, la estrella que
iluminaría tus pasos. Fugaz flechazo, pues antes de que aprendieras de memoria
el contorno de sus labios te acusaron de rojo. Y lo fueras, o no lo fueras, el
exilio era la mejor manera de no perderla tan pronto.
Sudamérica, patria adoptiva, te recibió como a un hermano.
Sonaba Gardel en la radio, pero en tu corazón su voz rogando «no me olvides
nunca». Y no lo harías, siempre fuiste un hombre de palabra. Meses más tarde
aquella carta: «Estoy embarazada». Y tú sin poder volver a casa. Tu hijo o tu
vida. Indecisión. Te odio España. Y noches de insomnio bajo la luna quebrada de
Mar del Plata.
Vivir no es de cobardes, pensaste, y un mes más tarde te
embarcaste en aquel navío a Portugal. La esperanza se camuflaba entre el
vértigo y el miedo, hasta que llegaste al puerto y viste su cara entre la
multitud. Lágrimas, abrazos, vida nueva en Madrid.
Pasaron muchos años hasta que nos conocimos y me cogiste
en tus brazos. Y ayer fueron los míos los que te abrazaban mientras me dijiste
adiós. Por eso, antes de que se cierre el ataúd y no vuelva a ver tus iris. Y
se entierren para siempre tus dudas, querencias y enseñanzas. Quiero que sepas
que mis retinas serán vitrinas, y conservarán todos los momentos que
compartimos, abuelo. Porque tú hiciste España, y ahora yo tomo el relevo.
Daniel Somolinos
Pérez
Licenciado en
Comunicación Audiovisual
Periodista de El Mundo
(IX Antología)
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