DÍA DE REFLEXIÓN
No hay papeletas
para votar a los candidatos que he elegido en estas elecciones:
No hay papeletas
para esa abuela que compra dos panes y varios peces, dos botellas de leche,
doble docena de huevos y luego, no sé cómo, los multiplica y todos comen: su
hijo, sus nietos, su nuera…
No hay papeletas
para ese abuelo que saca al perro a las seis cuando todos duermen, lleva a sus
nietos al cole, lo mandan a por pan y va a por pan, lo mandan a freír huevos y
va a freír huevos aunque no lo haya hecho nunca, aunque no haya estado allí
nunca.
No hay papeletas
para ese pequeño empresario que arriesga su casa, todo su patrimonio, para
hacer una obra nueva y así crear dos puestos más de trabajo.
No hay papeletas
para esa maestra que renuncia a las vacaciones de verano y se queda ayudando en
el comedor de la escuela.
Para ese médico
joven que se chupa todas las guardias y aún cree que su vocación es salvar
vidas.
Para ese padre,
para esa madre que se olvidan de sí mismos, lo dejan todo, lo pierden todo por
curar la enfermedad rara de su hijo.
Para ese niño que
rompe su hucha para que sus papás puedan pagar la hipoteca.
Para ese cura,
mensajero de la paz, que acepta ser padre sin serlo, porque miles quieren ser
sus hijos.
No hay papeletas
suficientes para esa madre que suplica al rey Salomón: «Majestad no parta al
niño en dos, déselo entero a la otra».
Los otros, los de
la papeleta, esos no están a la altura.
Seudónimo:
Andonaire
ALCALÁ DE HENARES
(Madrid)
(X Antología)
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