REPETIR
«Repetir: Volver a
hacer lo que se había hecho».
A pesar de lo
inocuo de la definición de la palabra repetir que nos da la Real Academia de la
Lengua, aplicada al curso escolar otrora suponía un estigma para el alumno que
tenía que repetir, «a sazón de las medidas que por ley se han adoptado para
poner a salvo de tan gravosa pena a padres e hijos».
Habiendo sufrido
tan infame castigo en mi propia carne, vengo a confesar con todo orgullo que yo
fui repetidora, y aunque estigmatizada por formar parte del grupo de fracasados
que ocupaban la última fila de la clase, pronto desarrollé la capacidad de
adaptación de todas las especies naturales y, comencé a hacer amigos de una
nueva generación, superando poco a poco el trauma del repetidor.
Agradezco la
oportunidad que me dio aquel sistema educativo de aprender aquello que, de no
ser así, me habría dejado en el camino. Habría llegado al final de mi etapa
escolar sin saber las provincias de España, ni sus ríos, ni sus montes y sin
aprender otras muchas cosas que, más tarde, me hicieron poner en valor lo
importante que es la educación.
Y si el final de la clase era el gueto simbólico que
sufre un niño, la ignorancia, a la postre, es el mayor castigo que nos puede
infligir el sistema, no hay mayor cárcel ni peor enemigo que la propia
ignorancia.
Quiero, con estas breves palabras, denunciar a los que
dejaron de castigar el fracaso escolar con la oportunidad de repetir, para no
hacernos sufrir otra vez con las mismas enseñanzas. Y reivindicar el derecho al
sufrimiento de volver a hacer lo que se había hecho mal, para aprender
adquiriendo el conocimiento de algo por medio del estudio ya que la vida, por
medio de la experiencia, no te brinda demasiadas oportunidades de repetir o
rectificar.
Maravillas Guirado
González
Licenciada en
Derecho
Gestora procesal
MURCIA
(X Antología)
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