miércoles, 12 de julio de 2017

ANTOLOGÍA 2016: UN NIÑO DESNUDO




UN NIÑO DESNUDO

«¡Más rápido que es usted de Castilla!». Y se empeñaba en modular mi voz o imponer la suya. Niebla, lluvia y melancolía en la clase de lectura. «Una tarde parda y fría de invierno…». Monotonía de lluvia tras los cristales machadianos. Un profesor intrépido, de aspecto fímico, con áspero y cuadrado bigote, veía en mí al único hijo de la patria «una, grande y libre». Sin embargo yo estaba cruelmente atormentado en los recreos, investido de maketo y coreano, emigrante de los campos de Gabriel y Galán, los de las grises lontananzas muertas, herido por palabras como bisturíes. 
Pero no cesan las postales de la infancia. A veces me escribe la infancia una tarjeta postal, ¿te acuerdas? Postales llenas de palabras carámbano. ¿Ha desaparecido o no el colegio de la plaza de las viejas palmeras, la enjuta caramelera señora Castora, la Campa de los Ingleses, el suburbano de Plencia, el cine Banderas, el olor de las rosas del camino de Ibarrecolanda, las grúas de la ría, el fuego del cielo en la noche de los Altos Hornos, la barca y el barquero que te llevaba de orilla a orilla por una peseta?

«Vivir es ver volver», según el circunspecto Azorín («Azorín no dice nada, está vacío», regruñía el hermano marista de ojos turbios y negra sotana).

Hoy he dado una clase de Humanidades en la universidad del valle verde. He comenzado diciendo: «¡He venido pero no he vuelto! Voy a hablarles a ustedes de medicina y literatura, pero también de las palabras carámbano que se deshielan, la Formación del Espíritu Nacional y la guerra de Corea». Las poderosas miradas, brillantes y alegres, con la sensualidad de los veinte años, disecan mi heteróclito discurso, ahogado en los desasosiegos de Pessoa.
Sesenta años después, un niño, desnudo, sale del aula… para «facer Españas».

Francisco Javier Barbado Hernández
Médico
MADRID
(X Antología)

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