DESTRUIDOS POR LA INFLACIÓN
Las ideas de los grandes pensadores, la sabiduría de
los incomprendidos y la influencia del viejo continente. Ahora que tengo la
comprensión de un adulto, puedo ver que todo lo que nos pasó pudo haber sido
evitado, pero como buenos moldes de una educación obsoleta, que no creaba
pensadores, sino un rebaño de ovejas, perdimos la oportunidad y ahora solo nos
queda olvidar el pasado para que el remordimiento no cobre factura. Recuerdo
que cuando tenía doce, aún vivía en mi vida de ensueño, donde un dólar era una
pequeña fortuna. Era agosto y toda la familia estaba reunida en alguna parte de
Sudamérica, en medio de la vegetación y animales cantores, comíamos en la gran
mesa hecha por el abuelo, reíamos y tonteábamos, hasta que uno de mis primos
mayores que estudiaba Economía empezó a decir términos desconocidos hasta ese
momento, «inflación», «propiedad privada», «desvalorización» y concluyó con «Escuela
de Salamanca»; ojalá hubiese tenido unos años más, porque cuando por fin pude
comprender esos términos… la inflación llegó, el dinero no alcanzaba, la moneda
se desvalorizó, en especial el euro, fueron los primeros en dejar de viajar.
Con una familia de emigrantes, los que vivían en Europa dejaron de venir, luego
los de Estados Unidos y la casa que se llenaba de risas y gente de todas las
razas, pero una misma sangre, se fragmentó y quedó en completo silencio permaneciendo
solo la tristeza de mi lita, añorando el pasado y esperando a los hijos que no
volvieron por más de una década.
Karen
Carolina Troya Rueda
Quito
(Ecuador)
Estudiante
de Psicología
Comenzó
a escribir hace tres años algunos poemas y ahora trabaja en una novela
(XVI Antología)
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