viernes, 11 de julio de 2025

PRIMER PREMIO OROLA 2025: JOSÉ MARÍA REMESAL PÉREZ

 



José María Remesal Pérez (Lorca, 1993) estudia Trabajo Social en la Universidad de Murcia. Ha participado en el taller literario La Rosa Negra, fundado por J. R. Barat, y en el grupo poético Espartaria. Ha colaborado en la obra pictórico-poética Versos Blancos dirigida por Isabel Amat (2010) y en la obra Lorca 11: La noche más larga (2011) junto con Luis García Montero, Carlos Marzal, Vicente Gallego, Eloy Sánchez Rosillo, Andrés Neuman, etc. En 2016 realizó, junto a Katy Parra, un taller de poesía en la Universidad de Murcia. Ha obtenido numerosos premios literarios, sobre todo de poesía, a nivel nacional e internacional. Actualmente se encuentra trabajando en su primer poemario.
 
 
 
¿Cómo conoció el Premio Orola?
 
Conocí el Premio Orola gracias a mi fiel confesor de certámenes literarios: www.escritores.org
 
¿Qué le motivó a concursar?
 
Mi motivación para concursar fue ponerme este certamen como un reto. Me apetecía un reto de verdad. Sabía que a un concurso de tal magnitud y recompensa se presentarían muchos y muy buenos poetas y pensé: ¿por qué no intentarlo yo también?
 
¿Había participado en otras ocasiones?
 
No, era la primera vez que me presentaba. Antes no me atrevía a concursar en certámenes de tal calibre. Aunque a veces hay que lanzarse sin haber probado el agua antes.
 
¿Qué diferencia a este concurso de otros?
 
Que premia con verdadera generosidad algo tan simple y a la vez tan difícil como emocionar a un/a lector/a no ya con un poemario, sino con un solo poema.
 
¿Qué opinión le merece el tema elegido para este año de Fernando III el Santo?
¿Y cuáles otros propondría para años posteriores?
 
Confieso que tuve que documentarme un poco sobre dicho rey para escribir mi poema. En mi opinión, considero que fue un desafío escribir sobre una temática que nunca me hubiera propuesto, pero es enriquecedor hacerlo.
En cuanto a los próximos años del concurso, me resultarían interesantes los temas que tocan el presente: la soledad en la era digital, la sociedad líquida, la ansiedad de vivir con prisa, o la identidad en un mundo que cambia cada minuto. También cosas más cercanas, como las redes sociales, los cuidados o el silencio. Hay mucha poesía en lo que nos pasa hoy.
 
¿Cambiaría algo para mejorar las bases?
 
Sí, creo que se podrían ajustar dos cosas para hacerlo más accesible:
 
·         Flexibilizar el formato: pedir solo un texto en lugar de dos vivencias facilitaría el envío y permitiría más concentración creativa.
·         Sobre la extensión de los poemas: sustituir los «1500 caracteres sin espacios» por un límite de versos haría que el poeta tuviese más control a la hora de escribir su texto.
 
¿Por qué cree que su vivencia ha resultado premiada?
 
Quizá porque, más que contar una hazaña, intenté mostrar la fragilidad de un rey, su parte humana. No quise hacer un retrato glorioso, sino un testamento íntimo, lleno de dudas, aprendizajes y heridas. Creo que conectó por eso: porque todos, con o sin corona, tenemos nuestras batallas interiores.
 
¿Tiene algún otro proyecto literario en mente?
 
Sí, estoy escribiendo mi primer poemario. Va tomando forma poco a poco. Es un viaje personal, con poemas que hablan del amor, la pérdida y todo lo que cabe en medio.
 
Por último, ¿animaría a participar a otros autores en la siguiente convocatoria del 2026? ¿Por qué?
 
Sin duda. Porque premios como este son la excusa perfecta para poner a un amante del verbo a prueba. Además, es un certamen notorio que ayudará a dar un gran empujón al mundo literario a aquellas personas que deseen que su voz poética haga más ruido. Participar siempre merece la pena, incluso si no se gana.

miércoles, 9 de julio de 2025

SEGUNDO PREMIO OROLA 2025: CRISTINA GARCÍA GRUESO

 



Cristina García Grueso, nacida en Madrid, estudió en Tomelloso. La psicología ha marcado siempre su historia de vida, al igual que la escritura como refugio. Trabaja como psicoterapeuta. Ha publicado Sensiblementefuerte (2016) y Cuánto pesa lo que no se nombra (2019) con la editorial Unamuno y Cierra los ojos y sopla (2025) con Club de Autores. Además colabora con el periódico local La voz de Tomelloso escribiendo artículos de opinión.
 
 
 
¿Cómo conoció el Premio Orola?
 
Conocí el Premio Orola a través de un cartel publicitario en Instagram.
 
¿Qué le motivó a concursar?
 
Los concursos a los que me presento siempre suelen tener tema libre. Este me apuntaba algo muy claro, y me pareció muy atractiva la idea.
 
¿Había participado en otras ocasiones?
 
No.
 
¿Qué diferencia a este concurso de otros?
 
Me gusta por su originalidad, piden algo muy diferente a otros concursos y en un formato muy asequible.
 
¿Qué opinión le merece el tema elegido para este año de Fernando III el Santo?
 
Creo que dignificar a las figuras importantes ya no solo a nivel histórico, sino a nivel personal y humano, debería ser una buena costumbre a tener siempre. Dar voz a lo que fue, no olvidar el pasado y sobretodo, remontarnos a aquella época en la que tener humanidad por el pueblo era algo extraordinario.
 
¿Y cuáles otros propondría para años posteriores?
 
Hypatia de Alejandría, Juana I de Castilla, Grigori Rasputín, Camille Claudel.
 
¿Cambiaría algo para mejorar las bases?
 
No, creo que no.
 
¿Por qué cree que su vivencia ha resultado premiada?
 
Intenté darle musicalidad, mi objetivo principal era que fuese dinámica, que no fuese demasiada densa, pero con complejidad y cierta profundidad emocional.
 
¿Tiene algún otro proyecto literario en mente?
 
Estoy presentada al premio Eladio Cabañero.
 
Por último, ¿animaría a participar a otros autores en la siguiente convocatoria del 2026? ¿Por qué?
 
Muchas veces las ideas se quedan guardadas en un cajón porque creemos que no son lo suficientemente buenas, y tendemos a compararnos con los demás. Animo a todo el mundo a mostrar lo que escribe.


martes, 8 de julio de 2025

ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES

 




«… No obstante, y en contrapunto a su tiempo y estatus, Antonio de Nebrija era un hombre complejo en sí mismo; aun ejerciendo en ocasiones para el clero de exégeta bíblico, la religión no fue nunca su fuerte. Nebrija siempre fue más partidario de la ciencia, del sentido práctico y existencial de la vida que del ilusionismo intemporal de la fe. Una postura cuanto menos cuestionable en un hombre de su importancia, que la Inquisición no pasó por alto ni mucho menos. Jamás entendió su manera de pensar…» (pág. 100, José Manuel Oliver Hernández, «Nebrija y sus vicisitudes»).


lunes, 7 de julio de 2025

TERCER PREMIO OROLA 2025: RAÚL ORDÁS FERNÁNDEZ

 



Raúl Ordás Fernández, licenciado en Historia del Arte, es escritor y artista. Ha publicado más de una docena de novelas y ensayos. Su obra literaria se complementa con una destacada trayectoria en artes plásticas. Ha expuesto en museos de Castilla y León y Castilla-La Mancha, y sus obras forman parte de colecciones públicas y privadas en España y Europa.

 

¿Cómo conoció el Premio Orola?

Lo descubrí a través de Escritores.org, una de esas páginas que uno consulta con regularidad, casi sin darse cuenta, en busca de convocatorias que despierten algún tipo de resonancia. No fue una búsqueda dirigida, sino más bien un hallazgo casual, como suelen ser los buenos hallazgos.

¿Qué le motivó a concursar?

La pasión por la literatura, sin duda. Esa necesidad —a veces inexplicable— de escribir y de poner en palabras algo que, por alguna razón, merece ser contado. También me atrajo el reto que proponía: decir mucho con muy poco.

¿Había participado en otras ocasiones?

No, esta ha sido la primera vez que me presento al Premio Orola. En otros concursos sí he participado, pero este tenía un enfoque distinto que me llamó la atención.

¿Qué diferencia a este concurso de otros?

Sobre todo, la concisión que exige. Lo breve, si quiere tener sentido y no ser banal, necesita precisión, intensidad y una cierta limpieza. Y si además se pide una referencia histórica que no resulte forzada, el desafío es aún mayor. Me pareció un ejercicio tan complejo como estimulante.

¿Qué opinión le merece el tema elegido para este año, Fernando III el Santo?

Me ha parecido excelente. Original, con fondo histórico, pero también con una carga simbólica que permite múltiples lecturas. No es un personaje obvio, y eso se agradece.

¿Y cuáles otros propondría para años posteriores?

Tal vez alguna figura menos conocida pero igual de rica desde el punto de vista histórico y simbólico. Por ejemplo, Abū al-Qāsim al-Zahrāwī, el gran médico andalusí. Un tema así permitiría conectar con nuestra historia medieval desde un lugar inesperado y fecundo.

¿Cambiaría algo para mejorar las bases?

No. Creo que son claras, concretas y bien planteadas. Parte del mérito del concurso está precisamente en lo que no dice, en lo que deja a la intuición del autor.

¿Por qué cree que su vivencia ha resultado premiada?


Imagino que por haber conseguido cierto equilibrio: narrar algo íntimo sin caer en lo sentimental, introducir una referencia histórica sin que resultara postiza y hacerlo todo en pocas líneas, sin adornos innecesarios pero con algo de ritmo. Al menos, eso intenté.

¿Tiene algún otro proyecto literario en mente?

Sí, varios. Estoy en proceso de publicación de algunos libros y ensayos, entre ellos uno sobre la figura del vampiro en la historia de la literatura y el arte. También trabajo en una novela corta que verá la luz próximamente.

¿Animaría a participar a otros autores en la convocatoria de 2026? ¿Por qué?

Por supuesto. Es un ejercicio literario que exige lo mejor del oficio: concentración, claridad, precisión. Y además, obliga a pensar bien lo que uno quiere decir, lo cual no siempre ocurre.

 

 




viernes, 4 de julio de 2025

ANTOLOGÍA 2024: LA PALABRA PRECISA

 



LA PALABRA PRECISA
(A la memoria de Florentina, mi madre)
 
 
Llegado el momento de rememorar los hechos que han conformado mi vida, adivinando cerca mi final, no puedo sino destacar que yo, Elio Antonio de Nebrija, he llevado una existencia dedicada a la defensa del saber y al conocimiento de nuestra lengua, actividad a la que me dediqué en cuerpo y alma durante más de medio siglo. Cincuenta años vividos a la par que la historia nos mudaba los límites de nuestro propio mundo y nacíamos como nación bajo las valientes y piadosas manos de nuestras católicas majestades.
 
Confieso, no sin cierta vanidad, que mi sed por conocer cosas nuevas parecíame no poder nunca ser saciada de tal manera que, desde muy joven, me trasladé a tierras de Cicerón y Quintiliano. En Italia encontré a los maestros que hubieron de enseñarme los nuevos métodos que yo pensaba que nuestras universidades debían adoptar para erradicar de sus cátedras a necios e incultos que, sin conocer su propia lengua, no hacían sino entorpecer la enseñanza a las nuevas generaciones de médicos, historiadores, teólogos, filósofos, pedagogos y otras muchas ciencias. Por no hablar de juristas que, siendo valedores de la ley, aquella que ampara a todos los ciudadanos de bien, ni siquiera entienden los libros en que esta se recoge ¿Cómo imaginar entonces que se puede asesorar ni aplicar el derecho si se sirven de libros cargados de errores gramaticales? ¿Puede alguien entender que no se haga justicia por malentendidos lingüísticos?
 
Bien sé que pecado de soberbia sería alardear del número de obras que dejo escritas, mas si de algo he de sentirme orgulloso es de haber llevado a las aulas la palabra precisa y las voces claras del conocimiento.
 
 
Elizabeth Carrasco Núñez
Nacida en la localidad gaditana de San Roque, en la actualidad reside en Málaga.
Profesora de Lengua Castellana y Literatura en el IES Universidad Laboral. Anteriormente también ha sido profesora de Francés y de Español para extranjeros en distintas localidades del Campo de Gibraltar.
(XVIII Antología)
 

jueves, 3 de julio de 2025

ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES

 




 «… Quizá sea la manera de ajustar cuentas con la Inquisición. A ver si entienden los del Santo Oficio que a san Jerónimo le faltaba no poco rigor gramatical. Y que, entre las páginas de la sagrada Biblia, su ligereza le lleva a confundir, verbigracia, al “flamenco” con el “calamón” y hasta a una “gacela” con una “muchacha”…» (pág. 98, José Luis González Jiménez, «Pecados veniales»).


miércoles, 2 de julio de 2025

ANTOLOGÍA 2023: EL DEMIURGO

 



EL DEMIURGO

  
Ya en la vejez, sentado sobre la hierba junto al río Henares, Elio Antonio de Nebrija pensaba en un sueño impactante, mágico, que tuvo durante la infancia. Nunca lo contó, intuía que debía mantenerlo en secreto para preservar su hechizo.
 
Primero vio dos espadas (una curva y otra recta) suspendidas en el aire intercambiando golpes. La curva se pulverizó, cayó en tierra y se clavó encima la otra espada. Al instante, de esta última brotaron muchas letras, formando palabras y frases en latín a modo de ramas de un árbol que, pronto, mutaron en castellanas. Estas, a su vez, comenzaron a chocar entre sí de un modo frenético, caótico.... Y ¡de repente!, apareció un hombre con toga (su rostro no se veía completo, sino solo partes, que se sucedían unas a otras de forma casi instantánea). Abrió los brazos... y volvió el orden. Por último, dentro de un escudo, vio una cruz, una espada y una rama de olivo.
 
Paulatinamente, con el tiempo, interpretó su significado: la espada curva era una falcata ibérica, la otra, un gladius (espada romana), ambas simbolizaban dos culturas. Una prevaleció sobre la otra, pero del humus cultural ibérico se forjó, en cierta medida, el castellano. El hombre de la toga era un demiurgo que ponía fin al caos. Los símbolos de la Inquisición representaban la persecución inquisitorial que iba a padecer.
 
Un viento desapacible lo obligó a levantarse. Y echó a andar... Caminaba lentamente, cerca de la orilla del río, cuando vio su reflejo en la superficie ondulada del agua. Se fijó, principalmente, en el rostro desdibujado por las ondas... Y, en breve, reconoció en él la cara del hombre del sueño. «¡Yo era el demiurgo!», exclamó.
Sí, él era el demiurgo de las letras, quien puso fin a la anarquía, al caos gramatical de la lengua castellana.


Teo López Nevado
Reside en Córdoba (España).
Es pintor autodidacta, filósofo y, aunque siempre tuvo inquietudes literarias, solo en los últimos quince años se ha dedicado a escribir de forma habitual (tiene varios relatos publicados en antologías y una novela en Amazon).
(XVIII Antología)
  


martes, 1 de julio de 2025

ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES

 




«… “A usted, don Diego, la historia le reserva el lugar de la consunción: será engullido por el olvido, como si nada en su vida hubiera existido. Ese que su reverencia denosta con inquina y probablemente envidia será estudiado por los siglos venideros como artífice, como valiente príncipe valedor de la razón y difusor del conocimiento. De su reverencia solo dirán que en vano fue una piedra en su camino”» (pág. 96, Ignacio Martín Jiménez, «Turbiedad del ojo»).




lunes, 30 de junio de 2025

ANTOLOGÍA 2023: VERBA VOLANT

 



VERBA VOLANT
 
 
Desde el lecho que cobija la existencia, en el umbral donde se disuelve mi pensamiento, me sumerjo en el raudal de las vivencias, en aquellos soles y lunas que tejieron mis días. Ahora me susurra el terruño sevillano al oído torpe, y tiendo mis ojos en la distancia de mi niñez. Aromas de limoneros en flor por el siglo hermoso por donde transitaba mi juventud disuelta. Elio, me pronuncio ahora como me pronunciaban aquellos besos nocturnos de Salamanca, donde entre saberes danzantes me abrazaba la brisa renacentista. ¿Y qué queda de mí en este cuerpo?, ¿qué fue del devoto letrado que transitó por la humanista Italia? Aquel que fui y que aquí tendido queda, en un sollozo recostado, cubierto por los años de mi erudita senectud, viendo las puntas de mis pies patrióticos. Tengo esa imagen en mi dócil retina, me contengo en ella y la sostengo: alcé las manos al cielo y en un pronunciado esfuerzo doté a la lengua castellana de su más excelso reclamo unificador. Fue ese continuado diálogo y ese fiel estudio con las lenguas clásicas, los contemporáneos que nunca me traicionaron. Y ahora, ahora soy una pluma que vierte el legado de nuestra lengua madre… El latín, que me dotó audacia y convicción como un faro de eterno eco. Cuánta dicha ahora que, casi adormecido, deletreo la gramática del conocimiento como semilla que brota en un continuado y nutrido código de palabras, un scrita manent inmarcesible, a mí debido.
 
 
María Calle Bajo                                                                                                                                  Artista española, filóloga enfocada en la enseñanza del español como lengua extranjera, se proyecta hacia la investigación en el ámbito de la teoría y ciencia literarias, al margen de la confección de su amplia producción artística. Su trayecto académico la vincula con la Universidad de Salamanca.
La editorial Buenos Aires Poetry publicó parte de su obra poética: Semillas (2020), Calíope (2021) y Medallón (2022).
La Poeta (Nodriza).
(XVIII Antología)
 
 
 
 
 

lunes, 23 de junio de 2025

PRIMER PREMIO OROLA 2025: «TESTAMENTO DE UN REY»

 



TESTAMENTO DE UN REY

 

No soy más que el viajero de un destino

que nunca me ha pertenecido.

El tiempo me sostiene en su engranaje

como sostiene el río la ceniza

de un árbol consumido por la historia.

 

Soy rey, pero no guardo entre mis manos

el oro de los dioses ni el relámpago

con que otros gobernaron en la tierra.

No hay gloria en el puñal que rompe el alba,

ni en la ambición de acero de los reyes

que solo ven la vida en los estandartes.

 

He visto alzar ciudades y he sentido

su aliento sofocado entre las piedras.

He visto arder la fe sobre los muros,

templos que se vistieron de ceniza

y lunas que lloraban entre rezos.

 

He visto a los vencidos en las sombras,

cubriendo con sus manos la derrota,

y he visto a los vencedores en la luz

descubrir que la gloria es solo polvo.

 

Si algo aprendí del fuego,

si algo aprendí del miedo y las espadas,

es que la eternidad se mide en surcos,

en libros que resisten a la guerra,

en labios que pronuncian dos idiomas

y encuentran en sus voces la concordia.

 

No soy más que un viajero de los siglos,

un nombre en el latido de la piedra,

un eco que murmura en las esquinas

el sueño de un jinete solitario.

 

Si alguien me busca,

que no me encuentre en mármoles

ni en crónicas escritas por la espada.

Que busque en la oración de los humildes,

en manos que construyen y no hieren,

en quien aprende a amar sin rendiciones

y en quien, al ver la sombra de otro hombre,

no pregunta su patria ni su credo.

 

José María Remesal Pérez