viernes, 30 de septiembre de 2022

ANTOLOGÍA 2021: POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU

 



POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU

 

Las resonancias del alma hispana dieron cauce a la enseñanza y hallaron rumbo a las Indias a bordo de una carabela mayor; era el siglo xvi. Ya en tierra de ultramar, la Corona española nombró «real» a la primera universidad que México vio nacer. La bendición eclesiástica añadió el término «pontificia» por tres siglos, y lo «imperial» vino al acabar el patronazgo monárquico, que devendría en «nacional» por el pensamiento de la nueva república. Por último, la universidad sería bien llamada «autónoma».

En el siglo xxi, en cierta función de ópera hubo un intermedio y la gente aprovechó para salir al sol. El invierno es piadoso en México, más al mediodía, pero luego de varias horas de puesta en escena, bastaba un pretexto para correr a estirar las piernas y calentarse, como aquel roedor que se guarecía en las burbujas de roca volcánica del campus. Asomaba los bigotes entre los arbustos para entrar en calor, la ciudad universitaria era su refugio de certeza, como lo es para millones de estudiantes y catedráticos que han experimentado la sensación de hogar en suelo puma. La Universidad Nacional Autónoma de México significa un territorio conocido, una tripleta de educación, investigación y difusión de la cultura al alcance de la mano.

Diría José Vasconcelos, el maestro de América, que «la raza cósmica —en la UNAM— elabora cultura de tendencias nuevas, libres y de esencia espiritual». Los artistas poblaron la CU con sus murales de mestizaje y unificación iberoamericana por un nuevo humanismo de profundidad universal.

El campus se extiende por todo el país y rankings mundiales con oferta académica, estaciones científicas y humanistas.

De sus bondades participa todo universitario, como aquella exalumna que se reconforta al adquirir un pase para la temporada musical.

 

Érika Mejía Vándalos
Es oriunda de la Ciudad de México
Se formó en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México Escribe textos literarios, de difusión y opinión en diversas publicaciones periódicas, como Milenio Semanal, Temporales, Complot, Replicante oQuattro, entre otras, y se dedica con fruición a editar y traducir libros
(XV Antología)
 

 

 

 

 

 


jueves, 29 de septiembre de 2022

«RE-VIVENCIAS»: VALOR

 



VALOR 


Valor, es un concepto, una cualidad, una utopía.
 
El valor, como concepto, es la valía de los seres humanos.
 
Como cualidad, el valor es el atributo de los valientes.
 
El valor es también la utopía del invencible.
 
Nadie quiere ser tildado de miedoso ni cobarde.
 
El valeroso no se doblega ante la amenaza, el peligro o la muerte.
 
La paz interior es un componente esencial en el valeroso.
 
Tener alma es tener valor; olvidarse de uno mismo y rezar.
 
Poca alma, poco ánimo, poco valor.
 
Tener valor, tener fe, tener coraje.
 
Valor añadido es lo que se espera de nosotros
y lo que nos da sentido a la vida.
 
Valor es el precio de la vida digna. 

  
(Fernando Orlando, Tomo V, 2009)
 


ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES

 




«Nunca lo olvidaré. Era la lección magistral de la inauguración de curso y mi primera asistencia a la universidad. Me llamó la atención que en los escritorios había multitud de iniciales grabadas, alguna tendrá más de setecientos años. Empecé los estudios de Derecho en la facultad, un edificio contiguo al de las Escuelas Menores, que alberga la biblioteca con miles de manuscritos históricos y una fachada maravillosa…» (pág. 144, Guillermo Méndez González, «Recuerdo»).


martes, 27 de septiembre de 2022

ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES

 




«… Mi padre siempre me recordaba al entrar y quedarnos contemplando los enormes meteoritos puestos allí: “Aquí fue el Real Colegio de Minería, una de las simientes de la UNAM como lo fue la Real y Pontificia Universidad de México. Esta fue la casa de la ilustración, la otra la de la enseñanza medieval y barroca”…» (pág. 142, Eduardo Omar Honey Escandón, «Ferias del libro»).


viernes, 23 de septiembre de 2022

ANTOLOGÍA 2021: REAL Y PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE MÉXICO

 



REAL Y PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE MÉXICO

 
Una misa el saber México oficia
y mi alma es «real y pontificia».
 
No estaba aún previsto El Escorial,
ni era real aún la monarquía
de Felipe II, que sería
monarca omnipotente e imperial.
 
Aún no era rey, la cédula real
firmó con principesca algarabía
y México mostró desde ese día
una universitaria capital.
 
Hoy esa universidad americana
de América del Norte la primera
aún muestra sus orígenes ufana.
 
Hoy esa herencia hispana que me espera
quiere mostrarme en piedra mexicana
con orgullo vestigios de otra era.


 
Alberto Luis Collantes Núñez
Madrileño, sonetista irredento y defensor a ultranza de la poesía clásica
Ha ganado, entre otros, el XIII Premio María Luisa García Sierra 2020 de Poesía
Su segunda novela Salvar a Lorca es una ficción sobre su admirado poeta granadino. Tiene un poemario inédito, Poemas del maltrato social, en el que critica en clave poética el maltrato psicosocial de este mundo moderno
(XV Antología)
 
 

jueves, 22 de septiembre de 2022

«RE-VIVENCIAS»: VITALIDAD

 



         VITALIDAD
 
Vitalidad es la mejor realidad de nuestra vida.
 
Vitalidad. Manantial de salud y optimismo
que transforma espléndidamente el cuerpo.
 
Vitalidad. Fuerza, belleza de un cuerpo
iluminado intensamente por la gloria de vivir.
 
Un cuerpo lleno de vitalidad humana
es el mejor canto de la creación a Dios.
 
La vitalidad del niño es tan pura que por eso
llamamos a los niños «ángeles».
 
Vitalidad e inocencia.
Cuando ambas se presentan juntas,
el hombre comprende que tiene que haber un Dios.
 
Hay muchas formas de belleza,
pero la vitalidad es una de las que antes se aprecian.
 
Impulso vital. Es el resorte que nos permite
recuperar la vitalidad o perfeccionarla.
 
La muerte es el extintor
de ese maravilloso incendio que es la vida.
 
La vitalidad, como deseo de vivir,
lucha contra la muerte hasta el último instante.
 
La vitalidad de las plantas, de los animales,
de los seres racionales tiene esa belleza
que es propia de la creación viva.
 
La vitalidad necesita para desarrollarse
el marco indispensable de la naturaleza.
 
La vitalidad es efímera en lo individual,
eterna en lo universal.
 
 
(Fernando Orlando, Tomo III, 1961)
 


ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES

 



«… Ella aún recuerda el aroma de la pólvora que entró en el cuarto donde su prima planchaba las batas de los docentes, cómo la pestilencia se enredó en los canastos impregnando la ropa y los pantalones que se deshilachaban, mientras fuera el ambiente se estremecía al oír cómo el fragor expandía la sangre en la piedra filosofal de la banqueta, y observaban correr a los que sobrevivían, los que se iban hormigueando entre los rosales, algunos con niños en los brazos, los universitarios con nuevos libros aferrados a sus pechos como escudos, con los ojos perdidos de terror…» (pág. 140, Luisa V. O., «Las batas de los docentes universitarios»).

 


miércoles, 21 de septiembre de 2022

ANTOLOGÍA 2021: REGRESO A MI PATRIA

 



REGRESO A MI PATRIA

 

Me llamaron Dolores porque nací el día que estalló la guerra civil. Pero la suerte me acompañó a pesar de los gritos, las caras tristes y el resonar de las campanas. A pesar del camión nocturno que me quitó a mi padre.

La suerte hizo que mi madre tuviera un amigo mexicano que nos llevó lejos de una patria que tomó cuerpo en mis ensoñaciones. Aquel país nuevo, desconocido, me hizo cruzar distancias de océano impensables a mi edad. Cuando bajé del barco, el paisaje cambió tanto como mi vida: la exuberancia, la variedad de América, el color hasta en el blanco y negro de los ojos. Nosotros veníamos de la ceniza para chocarnos contra el amor esplendoroso a la vida, la ironía de la muerte, el tajante color de las frutas, el águila, las trenzas, los volcanes. Y después la universidad. El esplendor policromado de ese edificio construyó puentes a través del idioma. Allí daban clases algunos profesores exiliados de mi país. Muchos se llamaban Miguel por Miguel Hernández, Miguel de Unamuno o Miguel de Cervantes. Y todos me hablaron de los poetas de esta tierra que me acogió y, entre, ellos Octavio Paz me susurró con sus versos: «La libertad no necesita alas, lo que necesita es echar raíces».

Y en esa libertad de pensamiento planté la semilla más importante de mi vida. Lo que me ancló al país que me dio luz, me unió a la tierra fértil que me ofreció pensamiento. Y con él, graduada en Historia de América marcho a España para ser profesora. Han pasado veinte años y la desolación que persiste arrolla el corazón, pero mi esperanza en derrotarla enseñando a los que solo conocen el color gris de la ceniza me aborda como un sueño de juventud. Mi idioma es ahora mi única y verdadera patria.

 

Lucía Prieto Gómez
Fuenlabrada (Madrid)
Maestra y amante de la literatura
(XV Antología)
 
 

 


martes, 20 de septiembre de 2022

ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES

 





«… La universidad buscaba universalidad de conocimientos, que los lazos se estrecharan y que las diferencias se acortaran. Todos aquellos que consagraron sus vidas a educar, trataron de hacernos más fraternos y humanos. «Facer España» es facer hermanos» (pág. 138, Mayra Patricia González Avila, «Universidad y Los tumultos».


lunes, 19 de septiembre de 2022

ANTOLOGÍA 2021: RECUERDO

 



RECUERDO

 

Nunca lo olvidaré. Era la lección magistral de la inauguración de curso y mi primera asistencia a la universidad. Me llamó la atención que en los escritorios había multitud de iniciales grabadas, alguna tendrá más de setecientos años. Empecé los estudios de Derecho en la facultad, un edificio contiguo al de las Escuelas Menores, que alberga la biblioteca con miles de manuscritos históricos y una fachada maravillosa.

El edificio, un patio central con un árbol, una secuoya gigante con más de un siglo de vida, aulas en la planta baja y primer piso y despachos en el último. Solamente hay ocho chicas en el curso y cuatro hispanos: dos mexicanos, un colombiano y un brasileño. Finalmente entablé amistad con él. Naolin estaba interesado en la historia de la Universidad de Ciudad de México y su vinculación con la nuestra. Le he ayudado a encontrar documentos en la biblioteca de las ordenanzas de constitución fechados en 1585 y los llamados «privilegios salmantinos» que fueron los aplicados.

Ya he terminado la carrera y continúo vinculado a la universidad como profesor ayudante de la Cátedra de Economía y Hacienda. Su titular, una mujer, la primera en obtener ese puesto. En los cursos de doctorado profesores que forman parte de la historia reciente, un futuro defensor del pueblo asesinado por ETA y el que fue alcalde de Madrid, exilado por sus ideas políticas.

Hoy la USAL consta de más de veintiséis facultades y doce centros de investigación y sigue en conexión con México. Ambas participan y lideran el desarrollo del primer certificado digital del español (SIELE), nuestra lengua común.

Aquellos años fueron un inicio y esto es un paso de la era digital, pero la alma mater seguirá estando presente por siempre.

 
Guillermo Méndez González
Reside en Madrid
Profesor titular de universidad, ya jubilado
Publicaciones: un libro de texto en la editorial Ramon Areces; dos relatos en páginas webs y uno publicado por la editorial Bohodón como finalista del Concurso Allende la Sierra titulado «I love C»
(XV Antología)
 
 

 

 

 


viernes, 16 de septiembre de 2022

ANTOLOGÍA 2021: FERIAS DEL LIBRO

 



FERIAS DEL LIBRO

 

Eran los febreros del viaje al centro de la ciudad. Eran los febreros de los libros. Como una tradición familiar, mis padres nos despertaban temprano un sábado y decían: «Niños, hoy es el día de ir a la feria».

 

Parte del viaje era en el vientre de la enorme oruga naranja, el metro. Cuando se metía bajo tierra, mi corazón palpitaba: solo faltaban tres estaciones. En Allende salíamos y, tras una corta caminata en el centro de la ciudad, llegábamos al Palacio de Minería. Mi padre siempre me recordaba al entrar y quedarnos contemplando los enormes meteoritos puestos allí: «Aquí fue el Real Colegio de Minería, una de las simientes de la UNAM como lo fue la Real y Pontificia Universidad de México. Esta fue la casa de la ilustración, la otra la de la enseñanza medieval y barroca».

 

Luego entrábamos al patio central. Era una maravilla ver cómo pasillo tras pasillo estantes, libreros y puestos llenos de libros, revistas, rompecabezas y juguetes se abrían frente a nosotros. Y además estaba el piso superior.

 

Tarde o temprano el recorrido nos guiaba a unas escaleras donde, del lado derecho, se podía contemplar una biblioteca. El acceso estaba limitado por un barandal. «Te encantan los incunables, ¿verdad?», mamá me decía mientras ambos observábamos ese lugar con libreros de madera de piso a techo donde se asomaban lomos de diversos colores. Las bibliotecas como fuente de saber formaban parte de las universidades, colegios y seminarios de Indias. Así empezamos.

 

Igual que mi hogar familiar, uno formado por académicos universitarios, lleno de libros para chicos y grandes, la casa era la extensión de una universidad cuyo origen se remontaba casi quinientos años atrás. Durante casi dos décadas acudimos al febrero de los libros por más ejemplares.

 

 
Eduardo Omar Honey Escandón
México, 1969
Ingeniero en sistemas, también imparte talleres de escritura para la Tertulia de Ciencia Ficción de la CDMX 
Ganador y finalista de diversos concursos
Publica constantemente en plaquettes, revistas físicas, virtuales e Internet
Ha sido seleccionado para participar en varias antologías
(XV Antología)
 

 

 

 


jueves, 15 de septiembre de 2022

«RE-VIVENCIAS»: VIVENCIAS

 



          VIVENCIAS

 

Tengo la certeza de que en la vida lo importante
es dar con el propio destino.
 
Todos tenemos una personalidad, unas posibilidades, unas opciones.
Es preciso saber conjugarlas y aprovecharlas.
 
Si estamos encajados, si nos sentimos a gusto,
parece como si fuéramos solistas en el concierto del mundo.
 
Tocar los temas de nuestro tiempo
con competencia, con intuición, con arte.
 
Tenemos que poner algo personal que haga inconfundible nuestra obra.
 
Parece todo igual hasta que vemos vibrar de entusiasmo a los artistas
que son presa de la ilusión de interpretar algo maravilloso.
 
Todos sentimos alguna vez el escalofrío de haber participado
en algo realmente hermoso, bien hecho.
 
En momentos tensos, de ansiedad o felicidad, percibimos
un clima especial en que nuestra intervención es decisiva.
 
Hemos contribuido a crear felicidad, con nuestra generosidad.
 
Sabemos que nuestra actuación ha sido la que ha producido
estos acontecimientos y nos sentimos felizmente responsables.
 
Hay veces en que la responsabilidad nos abruma
por el peso de los resultados adversos.
 
Siempre hay que estar atentos y corregir el rumbo de nuestra vida
cuando se desvía de su destino.
 
Acertar con el propio destino, que siempre es intuido.
 
Cuando intuimos nuestro futuro, tenemos todavía libertad
para elegir nuestro destino.
 
 
(Fernando Orlando, 1975)


ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES

 




«… Imprimimos catecismos de jesuitas, dominicos, agustinos; tratados de filosofía, astronomía; gramáticas de Nebrija y obras del Siglo de Oro español. Algunos ejemplares duermen hoy en bibliotecas americanas, guardando para sí cientos de historias anónimas y mestizas que contribuyeron a «facer Españas». Yo viví ese crisol de culturas donde el Imperio español brilló con la luz del conocimiento, donde las universidades de Indias fueron testigos de los lazos que nos unirían para siempre» (pág. 136, Marian Oller Veloso, «La imprenta y el Nuevo Mundo»).


miércoles, 14 de septiembre de 2022

ANTOLOGÍA 2021: LAS BATAS DE LOS DOCENTES UNIVERSITARIOS

 



LAS BATAS DE LOS DOCENTES UNIVERSITARIOS

 

1968. Mi madre vio la sangre rechupada por la piedra, deglutida en la panza de la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Los jóvenes que iban con los brazos entrelazados en la manifestación, los que días atrás iban a la biblioteca de la universidad o a la feria con alegría, pedían algo más que la verdadera autonomía iniciada por los estudiantes de París. Eran las penas que necesitaban ser cicatrizadas. Tanto los mestizos como los criollos reconocían el amor por la duda, por una educación que rompiera las barreras impuestas desde tiempos de la colonia. El eco de los ancestros estaba en los libros que los estudiantes aferraban al pecho como si fueran escudos. Pero la sinrazón espantó una vez más al amor y por eso considero necesario recordarlo.

Mi madre había visitado a su prima embarazada. Ella aún recuerda el aroma de la pólvora que entró en el cuarto donde su prima planchaba las batas de los docentes, cómo la pestilencia se enredó en los canastos impregnando la ropa y los pantalones que se deshilachaban, mientras fuera el ambiente se estremecía al oír cómo el fragor expandía la sangre en la piedra filosofal de la banqueta, y observaban correr a los que sobrevivían, los que se iban hormigueando entre los rosales, algunos con niños en los brazos, los universitarios con nuevos libros aferrados a sus pechos como escudos, con los ojos perdidos de terror.

«Ese 2 de octubre no se olvida, hijo». Al encontrarse, recordaron las batas que jamás llegaron a las manos de sus dueños y la montaña de zapatos de los que perdieron ese día la vida. Cuando la prima de mi madre nos visitó, recuerdo que se disfrazó de ternura cosiendo mil mariposas en su vestido y se presentó así en la comida familiar.

 

Luisa V. O.
(XV Antología)
 

 

 


martes, 13 de septiembre de 2022

ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES

 




«Hoy México amaneció brillante. Era mi gran día, afirmaban todos. Atrás quedaron las cursatorias que me habían concedido el bachiller. Por mi carácter y temple hubiera sido suficiente. Pero mi padre, doctorado con honores en Salamanca, ostentaba un gran cargo y quería que yo le sucediera en él, sin vacilación ni cavilación alguna, a pesar de no tener yo ni interés ni aptitud de manejo. Había demasiado en juego para un criollo como yo…» (pág. 134, Núria Casas, «Entregar la vida a otras manos»).


lunes, 12 de septiembre de 2022

ANTOLOGÍA 2021:UNIVERSIDAD Y LOS TUMULTOS

 



UNIVERSIDAD Y LOS TUMULTOS

 

Desde el siglo xvi en San Luis Minas del Potosí la principal labor había sido la catequización de la población asentada y la minería; en 1624 llegaron los padres jesuitas. Se aleccionaba filosofía, derecho y matemáticas y había gran crecimiento por la participación de fray Diego de Basalenque que venía de los grandes colegios agustinos de Michoacán, ellos enseñaban gramática, franciscanos y mercedarios a trazar las primeras letras junto con el catecismo. Con las matemáticas, pobres y ricos podían llevar mejor sus cuentas, calculaban los tributos que había que pagar y cómo pesar por alcabala de leña, carbón, manifestación de carne que mataran. La población exigía que se mostrasen cédulas reales antes de hacer enajenaciones, que ya hablaban de una instrucción básica del derecho. Ya sabían leer y algunos escribir. Así que cuando se da la expulsión de los jesuitas de todo el reino de la Nueva España en junio de 1767, los pobladores de la región organizaron una conspiración uniendo mineros, operarios del Cerro, plebe de la ciudad e indios de los barrios; se le conoció como «Los tumultos». El movimiento se volvió de defensa religiosa y educativa; unidos como hermanos pelearon indios, mulatos y mestizos; sin embargo, al llegar el visitador José de Gálvez todo se convirtió en una masacre. La universidad como tal no volvió sino en 1871 al llegar el general Mariano Escobedo quien funda el Instituto Científico y Literario en las antiguas instalaciones de los jesuitas. La universidad buscaba universalidad de conocimientos, que los lazos se estrecharan y que las diferencias se acortaran. Todos aquellos que consagraron sus vidas a educar, trataron de hacernos más fraternos y humanos. «Facer España» es facer hermanos.

 

Mayra Patricia González Avila
Nacida en San Luis Potosí (México)
Licenciada en Administración con maestría en Antropología
Publicaciones en Antología de cuentos sobre la pandemia de la Universidad Iberoamericana de León; Certamen Internacional de Poemas con Esdrújulas Club de Leones de Uruguay; Cuentos con causa certamen Ángel del Campo Asociación Reconstruyendo el Tejido Social, A. C. 
(XV Antología)
 

viernes, 9 de septiembre de 2022

ANTOLOGÍA 2021: LA IMPRENTA Y EL NUEVO MUNDO

 



LA IMPRENTA Y EL NUEVO MUNDO

 

Yo recuerdo mi infancia entre libros y ese olor a tinta que inundaba la calle donde estaba la imprenta de mi padre. Me gustaba unir esas hormigas negras sobre papel y desgranar historias lejanas en tiempo y en espacio, pero que yo sentía cerca de mi corazón.

Crecí y como era costumbre unir familias del gremio, me casaron con el hijo de un rico impresor sevillano al que el obispo de México y el virrey Mendoza ofrecieron fundar la primera imprenta en Nueva España. Él, valiente y emprendedor, aceptó el reto y obtuvo el monopolio de publicación y exportación de libros en América.

Yo trabajaba en la imprenta, pero mi nombre nunca apareció en los best sellers de la época, porque entonces las mujeres no firmábamos nuestros trabajos. Con seis hijos a medio criar, enviudé y aunque tuve propuestas de otros impresores para unir nuestras vidas íntimas y comerciales, no las acepté y opté por tomar las riendas de la imprenta hasta que mis hijos sintieran correr la tinta por sus venas y reconocieran como legado familiar el olor vegetal de las páginas de papel, la conversación silenciosa con la que un buen libro sorprende al cerebro y la necesidad de un impresor de raza, de expandir el saber de la época hasta lugares tan lejanos como las universidades de Indias. Imprimimos catecismos de jesuitas, dominicos, agustinos; tratados de filosofía, astronomía; gramáticas de Nebrija y obras del Siglo de Oro español. Algunos ejemplares duermen hoy en bibliotecas americanas, guardando para sí cientos de historias anónimas y mestizas que contribuyeron a «facer Españas».

Yo viví ese crisol de culturas donde el Imperio español brilló con la luz del conocimiento, donde las universidades de Indias fueron testigos de los lazos que nos unirían para siempre.

 

Marian Oller Veloso
Licenciada en Derecho
Antologizada en el Premio Orola desde 2017
(XV Antología)

 

 

 

 


jueves, 8 de septiembre de 2022

«RE-VIVENCIAS»: VUELO

 



VUELO

 

 
El vuelo del ave es y ha sido siempre la envidia de los seres humanos.
 
Volar es elevarse sobre la rutina y surcar el espacio de la esperanza.
 
Volar es adelantar el futuro y hacer posible nuestra ilusión.
 
El vuelo es la elevación por propio esfuerzo hacia un destino ansiado.
 
El primer vuelo tiene la expectación y la ansiedad de un estreno.
 
Todos alzamos el vuelo del regazo materno y del ámbito del hogar.
 
El vuelo puede ser rastrero como el de las aves de corral
o majestuoso e inalcanzable como el de las águilas.
 
Cada uno sigue su trayectoria de vuelo de acuerdo con su personalidad.
 
Volar y ganar altura para tener perspectiva y escoger la ruta mejor.
 
Hay que ayudar y preparar a los jóvenes 
para que se echen a volar sin miedo.
 
No debemos recortar las alas de los aguiluchos,
pero sí poner nuestros nidos en las alturas,
donde no lleguen las influencias nefastas de la civilización corrompida.
 
Volar sin miedo, desde las alturas,
por los espacios inmensos de la juvenil promesa.
 
Y cuando volemos, el círculo se dibujará en el horizonte crepuscular
como flecha de oro dirigida a la eternidad.

 

(Fernando Orlando, 1974)